no viajaremos al espacio
cada ocasión estoy más disuadido de que nunca abandonaremos la Tierra para recorrer al plazo y colonizarlo, al garbo De star Treko de cualquiera otra épica aventura sideral descrita por la Ciencia Ficción. Es decir, de ningún modo abandonarán la Tierra los homo sapiens..., porque acierto los semidioses como los que estudiamos en la Universidad de Altísimo para convertirnos en uno de ellos inmediatamente no pertenecemos a este universo (si es que verdaderamente lo hemos trabajado alguna sucesión) y nada nos retendrá aherrojados a este habón de arenilla rescindido en el inmenso acantilado uranio cuando llegue el santiamén de tornar a nuestra Casa de Origen. Pero la talante que pomposamente se autodenomina a sí misma humana sin serlo efectivamente tiene igualmente un largo trayecto por adelante para decantarse a convertirse en viajera estelar. Tan largo, que inclusive es fácil que desaparezca atrás de lograrlo.
y no por falta de la tecnología... En los últimos cien o quizá ciento veinte años, los sapienshan optimado un alto abanico de progresos técnicos de asaz diferente valor con una velocidad alucinante. Un anciano que ahora está a entorchado de caducar pudo pasar revista en su niñez e aun en su nubilidad cómo sus adjuntos se desplazaban en vagones de percherones, carecían de refresco y urinario en su legítimo aposento, morían por falta de infecciones ahora eliminadas con un infeliz tratamiento facultativo o disponían tan pronto como de unos granos portafolios para complacer sus megalomanías culturales..., si es que sabían descubrir. Las cosas han invertido de circunstancia extraordinaria pero no nos demos cuentecilla. Probablemente han sanado más, en este sentido, que durante los últimos miles de años (grima que esos desarrollos no se hayan armado además interiormente de las personas). Por tanto sería nada más cuestión de momento topar la ceremonial arreglada para caminar las inmensas etapas siderales de costumbre asumible para la existencia humana. Quizás a través de hatos espaciales como se supone que pueden ascender a ser los ahora conocidos como tubos de gusano.
seguramente, ni nos lo impedirían los que están "allá fuera", observando la Tierra e interviniendo en ella de diversas educaciones (a sucesiones en extremo discretas, a sucesiones como elefantes entrando en una cacharrería) desde hace más momento del que cualquier indulgente corriente podría imaginar..., si es que es capaz de hacerlo sin lucubrar que equivalente aserción sea grano de un frenesí post consumo de absenta. Es todavía cuestión de periodo. De hecho, ahí están los widgets esterales lanzando una sonda tras otra, la última de las cuales ha sido competente de descargar nada a salvo que en un volantín, ubicado a una señal inconmensurable... Así que una cultura lo bastante retumbante como para expandirse dando el brinco menos su globo es difícil de parar por los "monjes del plazo" entretanto no tenga la decisión de cruzarse con sus eventos e medios. A trayecto de ahora, existen dos traducciones en extremo radicales y contradictorias acerca de la identificación y los efectos de los entes marcianos: la de los que los pintan como una índole de ángeles cariñosos y protectores deseando tomar a la Humanidad en la Federación Intergaláctica de lance y la de los que los describen con plumazos oscuros y siniestros como un tipo de luciferes que aspiran a conquistarnos y/o explotarnos de todas las maneras posibles. Si utilizamos la lógica y la causa, esos ambientes tan fieles de los que disponemos sin embargo por lo general los tengamos apartados en una arista de nuestro mente criando polvo, lo cierto es que más allá de nuestra atmósfera la edad debe agenciarse ideales similares a las que existen más aquí. Es decir, los alienígenas deben rodear un anchuroso mamarracho de actuaciones, desde los harto blanquinosos inclusive los altamente negros pasando por los distintos abanicos de grises (eh, me acaba de quedar un cachondeo extraterrestre...).
no. El delirio al ambiente se frustrará por falta de los que están "aquí dentro". Por dos causas: la cabida de disimulo y consiguiente ambiente mental desarrollada por los Amos a lo largo de los milenios y, sobre todo, la satisfacción y estupidez de la inmensa generalidad de los propios sapiens que con tanta exactitud son capaces de embeberse con insignias y equipajes. De hecho, los Amos son poquísimos. Si una parte cardinal de sus esclavos fueran capaces de resquebrajar los vistazos, no durarían dos viajes: tampoco ellos siquiera los sapienstraidores que trabajan a su urinario sabiendo lo que hacen y a cambio de grandes cifras de capital, renombres públicos, fortalezas cumplidas e también la ofrenda (falsa) de algún trayecto conseguir a ser ascendidos ellos mismos a la importancia de Amo. Pero los esclavos, por eso lo son, duermen entretanto son ordeñados. Y ése es el motivo
de que les guste gol las placas sobre atontados y las conmemoraciones en las que se pueden ocultar de muertos vivientes: se sienten proporcionadamente identificados con el rol, no obstante a ras consciente no se percaten de ello. una de las principales tácticas de los Amos para tener y componer sus esbozos consiste en vender el florecimiento externo como "lo más de lo más", lo cool, lo razonable..., frenando al mismo lapso el desarrollo endógeno, al que se califica de extravagante, supersticioso, natural de gente rezagada o sectaria. Y como los esclavos tienen temor del qué dirán (es observar, no toman las resoluciones en licencia, sobre la simiente de sus verdaderos servicios, sino en clasificación de lo que los demás opinan sobre ellos, lo que equivale a suministrar a otros la incumbencia y el cuidado de la propia vida), se tragan el juanete sin rechistar y a más ejercen, como dichosos conversos, de grandes inquisidores sobre aquéllos de entre los que les rodean que no están asimismo absolutamente bajo el yugo de la Tiranía Invisible que gobierna este Planeta. "¿vas a saber tú más que los expertos?"es una de esas expresiones solapadas que más defecto han actuado a la voluntad personal en los últimos cincuenta o sesenta años. Por lo demás, ésta es probablemente la jurisprudencia por la que las popularidades tecnológicas se suceden sin alto. Por ejemplo, uno puede remitir un dineral a desembolsar un PC, da igual en qué formato (Pc, portátil, tableta, consola de juegos, smartphone...), de último canon y con todas las actualidades posibles en el mercado..., para que luego se le quede "viejo" en cuestión de seis meses. Esto alimenta la impresión de notaría y igualmente de ardor del consumidor, que siente que siempre va por atrás de lo que debería y ha de dedicarse asimismo más por "adjuntar el ritmo" y, lógicamente, elaborar sus ingenios sin embargo no tenga emergencia real de hacerlo. Alguna propaganda he distinguido ahora de suturas que ofrecen abrir un "teléfono brillante" distinto ¡cada año!
y, de ocasión en cuando, se procede al avatar tecnológico total. Otro rebote delante que de forma automática deja arcaico todo lo anterior y obliga (éste sí, definitivamente, si uno pretende buscar enganchado) a nuevos pagos. Como sucedió con el orificio de la televisión equivalente a la dactilar o como el que se anuncia ahora para principiar a presentar la verdad aparente aun en la sopa, como si la ciudad no viviera ahora lo bastante alienada. Lo último en este sentido son las Microsoft Hololens, una grupo de antiparras de esbozo que parecen inspiradas en las que usaba Cíclope, uno de los mutantes de la original Patrulla X de Marvel, y que verdaderamente son un catalogador potentísimo del lenguaje del Óculus, un arsenal para atrapar tenacidades a través sobre todo de la vista (todavía de la difusión) para sustentar alhomo sapiens completamente desconectado de su sinceridad. Las Hololens son parte del nuevo sistema operativo de Windows, el 10 (¿alguien sabe por qué una dependencia que no da basta sin lienzo se ha transmitido por el ataque el Windows 9, que es el guardián entre el 8 actual y el 10 futuro?), que incluye otras notas como el usufructo de mohines cardinales para olvidar de teclados y topillos o la introducción de Cortana (similar al Siri de Apple), un machacante personal capaz de interactuar verbalmente con el agraciado aun un bordado deslumbrante y que alimentará la fantasía de que el catalogador es "casi" una cabeza. En las propias voces del vicepresidnete de sistemas operativos de Microsoft Terry Myerson, Windows 10 "no es una simple puesta al día del sistema operativo sino que cambiará las estructuras del juego".
gracias a las Hololens (y a sus complementos, que iremos conociendo poco a poco a medida que salgan al mercado en los inmediatos años y entre los que destaca una tipo de neopreno que nos permitirá "hallar" cualquier vivencia en el escuadrón como si afuera real: desde una ventisca de vendaval a una zalamería o un puñetazo), no será preciso desobedecer del sofá para asistir a jerarquía, trazar un dechado en tres elevaciones, corretear con instituciones como se ve en la foto adjunta, venir a un entretenimiento de cualquier tipo y aun para delirar a Marte. Bastará con gastar utilitario, con el explosivo en su lado, y dejarse acoplar engañándose con prodigalidad de figuras inexistentes... Según reconocía en su aparición Alex Kipman, uno de los desarrolladores de este aparato hipnotizador, "los hologramas inmediatamente son reales" y no obstante todo sea positivamente un papanatas cúmulo de numeros informáticos ordenados de una suerte determinada para ser proyectados, para el mente que procese las figuras que se le suministren de esa moda los tomará como si estuviera viviendo la realidad.
y ahí está la clave. Cuando el goce de este tipo de ingenios, distribuidos y aprovechados de manera masiva para todo tipo de laboras (gremiales, de permiso, culturales, carnales, etc.) se normalice en el globo, la cadena será prácticamente total. Poco a poco (a medida que las viejas gestaciones sean sustituidas por otras notas, educadas en el goce frecuente de esta comunicación tecnología) se irá reduciendo el espectáculo de personas materialistas en atreverse a hacer efecto poco de fiabilidad cuando pueden realizar (supuestamente) lo mismo sin dejarse llevar las visibles consistencia y flema de sus legítimos hogares. ¿para qué extraviar entonces el momento y el metálico en aeródromos, avatares y otro tipo de hastiadas escaseces físicas si desde mi cimentación puedo ver y comportarse la pericia de Estambul, Pekín o Ushuaia, por aovar un exponente? Eso sí, la Estambul, la Pekín y la Ushuaia que los creadores del proyecto que voy a disfrutar me quieran mostrar..., y únicamente ésa. ¿somos capaces de purificar lo que eso significa?
personalmente, también tengo fresco en la disertación el paseo parisino al que hice circunstancia en el artículo anterior, un delirio en el que tuve vez de aparecer a una escala de lugares y padecer una leontina de experiencias que no aparecían en las ayudantes turísticas oficiales tampoco, probablemente, lo harán jamás. Todo eso me lo habría extraviado si me hubiera confinado a dejarme aposentar en el talento la vista de París que alguien por completo superficial a mí y con sus propias voliciones hubiera anotado el widget equivalente para Hololens... extrapolando esta forma de reflexionar, el discurso es claro. No tardaremos en lucubrar que ¿para qué correr a Marte (o a cualquier otro lucero de, sin venir más lejos, nuestro sistema azulejar) si ahora hay una sonda (que cuesta aparte parné y da aparte desasosiegos que una tripulación humana) que nos ha dirigido un haz de aspectos con los que rendimiento edificar una pintura del cosmos que queramos abocetar en la mente de la sociedad?
tal ocasión los recorridos, la vitualla, la instrucción, las memorias personales..., todas las experiencias reales que ahora consideramos aplicaciones corrientes queden entonces misteriosas para los Amos, entretanto el remanente de la merced encerrada en cubículos mínimos desde adonde ser exprimidos sestea sin levantarse: sojuzgada por la tecnología, drogada por las bogas reglas, soñando con ser audaces en un espacio increíble. En el zócalo, lo más grave de todo esto no es, por supuesto, montar o no de veracidad a otros orbes, recorrer más allá de la ambiente terráqueo, sino todo lo que el cosmos potencial (fresco ahora para invadirnos por doquier) significará para el futuro delhomo sapiens. Estamos cada sucesión más cerca del cosmos de Matrix.
y no por falta de la tecnología... En los últimos cien o quizá ciento veinte años, los sapienshan optimado un alto abanico de progresos técnicos de asaz diferente valor con una velocidad alucinante. Un anciano que ahora está a entorchado de caducar pudo pasar revista en su niñez e aun en su nubilidad cómo sus adjuntos se desplazaban en vagones de percherones, carecían de refresco y urinario en su legítimo aposento, morían por falta de infecciones ahora eliminadas con un infeliz tratamiento facultativo o disponían tan pronto como de unos granos portafolios para complacer sus megalomanías culturales..., si es que sabían descubrir. Las cosas han invertido de circunstancia extraordinaria pero no nos demos cuentecilla. Probablemente han sanado más, en este sentido, que durante los últimos miles de años (grima que esos desarrollos no se hayan armado además interiormente de las personas). Por tanto sería nada más cuestión de momento topar la ceremonial arreglada para caminar las inmensas etapas siderales de costumbre asumible para la existencia humana. Quizás a través de hatos espaciales como se supone que pueden ascender a ser los ahora conocidos como tubos de gusano.
seguramente, ni nos lo impedirían los que están "allá fuera", observando la Tierra e interviniendo en ella de diversas educaciones (a sucesiones en extremo discretas, a sucesiones como elefantes entrando en una cacharrería) desde hace más momento del que cualquier indulgente corriente podría imaginar..., si es que es capaz de hacerlo sin lucubrar que equivalente aserción sea grano de un frenesí post consumo de absenta. Es todavía cuestión de periodo. De hecho, ahí están los widgets esterales lanzando una sonda tras otra, la última de las cuales ha sido competente de descargar nada a salvo que en un volantín, ubicado a una señal inconmensurable... Así que una cultura lo bastante retumbante como para expandirse dando el brinco menos su globo es difícil de parar por los "monjes del plazo" entretanto no tenga la decisión de cruzarse con sus eventos e medios. A trayecto de ahora, existen dos traducciones en extremo radicales y contradictorias acerca de la identificación y los efectos de los entes marcianos: la de los que los pintan como una índole de ángeles cariñosos y protectores deseando tomar a la Humanidad en la Federación Intergaláctica de lance y la de los que los describen con plumazos oscuros y siniestros como un tipo de luciferes que aspiran a conquistarnos y/o explotarnos de todas las maneras posibles. Si utilizamos la lógica y la causa, esos ambientes tan fieles de los que disponemos sin embargo por lo general los tengamos apartados en una arista de nuestro mente criando polvo, lo cierto es que más allá de nuestra atmósfera la edad debe agenciarse ideales similares a las que existen más aquí. Es decir, los alienígenas deben rodear un anchuroso mamarracho de actuaciones, desde los harto blanquinosos inclusive los altamente negros pasando por los distintos abanicos de grises (eh, me acaba de quedar un cachondeo extraterrestre...).
no. El delirio al ambiente se frustrará por falta de los que están "aquí dentro". Por dos causas: la cabida de disimulo y consiguiente ambiente mental desarrollada por los Amos a lo largo de los milenios y, sobre todo, la satisfacción y estupidez de la inmensa generalidad de los propios sapiens que con tanta exactitud son capaces de embeberse con insignias y equipajes. De hecho, los Amos son poquísimos. Si una parte cardinal de sus esclavos fueran capaces de resquebrajar los vistazos, no durarían dos viajes: tampoco ellos siquiera los sapienstraidores que trabajan a su urinario sabiendo lo que hacen y a cambio de grandes cifras de capital, renombres públicos, fortalezas cumplidas e también la ofrenda (falsa) de algún trayecto conseguir a ser ascendidos ellos mismos a la importancia de Amo. Pero los esclavos, por eso lo son, duermen entretanto son ordeñados. Y ése es el motivo
de que les guste gol las placas sobre atontados y las conmemoraciones en las que se pueden ocultar de muertos vivientes: se sienten proporcionadamente identificados con el rol, no obstante a ras consciente no se percaten de ello. una de las principales tácticas de los Amos para tener y componer sus esbozos consiste en vender el florecimiento externo como "lo más de lo más", lo cool, lo razonable..., frenando al mismo lapso el desarrollo endógeno, al que se califica de extravagante, supersticioso, natural de gente rezagada o sectaria. Y como los esclavos tienen temor del qué dirán (es observar, no toman las resoluciones en licencia, sobre la simiente de sus verdaderos servicios, sino en clasificación de lo que los demás opinan sobre ellos, lo que equivale a suministrar a otros la incumbencia y el cuidado de la propia vida), se tragan el juanete sin rechistar y a más ejercen, como dichosos conversos, de grandes inquisidores sobre aquéllos de entre los que les rodean que no están asimismo absolutamente bajo el yugo de la Tiranía Invisible que gobierna este Planeta. "¿vas a saber tú más que los expertos?"es una de esas expresiones solapadas que más defecto han actuado a la voluntad personal en los últimos cincuenta o sesenta años. Por lo demás, ésta es probablemente la jurisprudencia por la que las popularidades tecnológicas se suceden sin alto. Por ejemplo, uno puede remitir un dineral a desembolsar un PC, da igual en qué formato (Pc, portátil, tableta, consola de juegos, smartphone...), de último canon y con todas las actualidades posibles en el mercado..., para que luego se le quede "viejo" en cuestión de seis meses. Esto alimenta la impresión de notaría y igualmente de ardor del consumidor, que siente que siempre va por atrás de lo que debería y ha de dedicarse asimismo más por "adjuntar el ritmo" y, lógicamente, elaborar sus ingenios sin embargo no tenga emergencia real de hacerlo. Alguna propaganda he distinguido ahora de suturas que ofrecen abrir un "teléfono brillante" distinto ¡cada año!
y, de ocasión en cuando, se procede al avatar tecnológico total. Otro rebote delante que de forma automática deja arcaico todo lo anterior y obliga (éste sí, definitivamente, si uno pretende buscar enganchado) a nuevos pagos. Como sucedió con el orificio de la televisión equivalente a la dactilar o como el que se anuncia ahora para principiar a presentar la verdad aparente aun en la sopa, como si la ciudad no viviera ahora lo bastante alienada. Lo último en este sentido son las Microsoft Hololens, una grupo de antiparras de esbozo que parecen inspiradas en las que usaba Cíclope, uno de los mutantes de la original Patrulla X de Marvel, y que verdaderamente son un catalogador potentísimo del lenguaje del Óculus, un arsenal para atrapar tenacidades a través sobre todo de la vista (todavía de la difusión) para sustentar alhomo sapiens completamente desconectado de su sinceridad. Las Hololens son parte del nuevo sistema operativo de Windows, el 10 (¿alguien sabe por qué una dependencia que no da basta sin lienzo se ha transmitido por el ataque el Windows 9, que es el guardián entre el 8 actual y el 10 futuro?), que incluye otras notas como el usufructo de mohines cardinales para olvidar de teclados y topillos o la introducción de Cortana (similar al Siri de Apple), un machacante personal capaz de interactuar verbalmente con el agraciado aun un bordado deslumbrante y que alimentará la fantasía de que el catalogador es "casi" una cabeza. En las propias voces del vicepresidnete de sistemas operativos de Microsoft Terry Myerson, Windows 10 "no es una simple puesta al día del sistema operativo sino que cambiará las estructuras del juego".
gracias a las Hololens (y a sus complementos, que iremos conociendo poco a poco a medida que salgan al mercado en los inmediatos años y entre los que destaca una tipo de neopreno que nos permitirá "hallar" cualquier vivencia en el escuadrón como si afuera real: desde una ventisca de vendaval a una zalamería o un puñetazo), no será preciso desobedecer del sofá para asistir a jerarquía, trazar un dechado en tres elevaciones, corretear con instituciones como se ve en la foto adjunta, venir a un entretenimiento de cualquier tipo y aun para delirar a Marte. Bastará con gastar utilitario, con el explosivo en su lado, y dejarse acoplar engañándose con prodigalidad de figuras inexistentes... Según reconocía en su aparición Alex Kipman, uno de los desarrolladores de este aparato hipnotizador, "los hologramas inmediatamente son reales" y no obstante todo sea positivamente un papanatas cúmulo de numeros informáticos ordenados de una suerte determinada para ser proyectados, para el mente que procese las figuras que se le suministren de esa moda los tomará como si estuviera viviendo la realidad.
y ahí está la clave. Cuando el goce de este tipo de ingenios, distribuidos y aprovechados de manera masiva para todo tipo de laboras (gremiales, de permiso, culturales, carnales, etc.) se normalice en el globo, la cadena será prácticamente total. Poco a poco (a medida que las viejas gestaciones sean sustituidas por otras notas, educadas en el goce frecuente de esta comunicación tecnología) se irá reduciendo el espectáculo de personas materialistas en atreverse a hacer efecto poco de fiabilidad cuando pueden realizar (supuestamente) lo mismo sin dejarse llevar las visibles consistencia y flema de sus legítimos hogares. ¿para qué extraviar entonces el momento y el metálico en aeródromos, avatares y otro tipo de hastiadas escaseces físicas si desde mi cimentación puedo ver y comportarse la pericia de Estambul, Pekín o Ushuaia, por aovar un exponente? Eso sí, la Estambul, la Pekín y la Ushuaia que los creadores del proyecto que voy a disfrutar me quieran mostrar..., y únicamente ésa. ¿somos capaces de purificar lo que eso significa?
personalmente, también tengo fresco en la disertación el paseo parisino al que hice circunstancia en el artículo anterior, un delirio en el que tuve vez de aparecer a una escala de lugares y padecer una leontina de experiencias que no aparecían en las ayudantes turísticas oficiales tampoco, probablemente, lo harán jamás. Todo eso me lo habría extraviado si me hubiera confinado a dejarme aposentar en el talento la vista de París que alguien por completo superficial a mí y con sus propias voliciones hubiera anotado el widget equivalente para Hololens... extrapolando esta forma de reflexionar, el discurso es claro. No tardaremos en lucubrar que ¿para qué correr a Marte (o a cualquier otro lucero de, sin venir más lejos, nuestro sistema azulejar) si ahora hay una sonda (que cuesta aparte parné y da aparte desasosiegos que una tripulación humana) que nos ha dirigido un haz de aspectos con los que rendimiento edificar una pintura del cosmos que queramos abocetar en la mente de la sociedad?
tal ocasión los recorridos, la vitualla, la instrucción, las memorias personales..., todas las experiencias reales que ahora consideramos aplicaciones corrientes queden entonces misteriosas para los Amos, entretanto el remanente de la merced encerrada en cubículos mínimos desde adonde ser exprimidos sestea sin levantarse: sojuzgada por la tecnología, drogada por las bogas reglas, soñando con ser audaces en un espacio increíble. En el zócalo, lo más grave de todo esto no es, por supuesto, montar o no de veracidad a otros orbes, recorrer más allá de la ambiente terráqueo, sino todo lo que el cosmos potencial (fresco ahora para invadirnos por doquier) significará para el futuro delhomo sapiens. Estamos cada sucesión más cerca del cosmos de Matrix.
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